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lunes, 30 de junio de 2014

Queridos zapatos.



  Hay muchas personas que opinan que la peor parte de su cuerpo son sus pies. Yo no estoy entre ellas, ¡a mí me encantan mis pies! Tienen su forma de pie, con sus cinco dedos en cada uno, su puente, su empeine, su talón, vamos, lo que es un pie.
  Llega el verano y a mí me encanta, porque además de que me gusta el calor, puedo lucir mis pies.

  Y llegamos a los zapatos...
  Claro, no hay zapato que quede mejor que un buen tacón. Estiliza la pierna, te da unos centímetros de más, cosa que a mí me viene de maravilla, y te permiten enseñar tu pie en buenas condiciones... ¿o no?

  Porque la salida de casa con ellos puestos es... ¡espectacular!
Sales por la puerta radiante, sonriente, más alta... ¡yujuuuu! ¡es una maravilla! Piensas que así saldrás todos los días.

  Luego te metes en el coche y, bueno, no encuentras a la primera la postura pero no pasa nada, al final te haces con ella. Piensas definitivamente que así saldrás todos los días.

  Llegas al lugar indicado, aparcas y toca andar... oh, oh... No hay problema, en lugar de caminar tan rápido como estás acostumbrada decides que es mejor caminar de paseíto y así, de paso, vas luciendo taconazos. Aún sigues pensando en salir así todos los días.

  Entonces es cuando te das cuenta: las aceras y calles no son aptas para tacones, al menos para unos taconazos altos y de aguja...

  Descubres calzadas romanas que no sabías ni que estaban allí, cuando no se vá el tacón hacia un lado, se va el pie hacia el otro.
  Descubres que las rejillas de ventilación del metro no son tan fantásticas para ti como para Marilyn, a ella le hacían super sexy, para ti son trampas mortales que, o te dejas el tacón allí y luego vuelves a buscarle, o te ves estampada de bruces contra el suelo.
  Tienes que cruzar una calle y... ¡problema, problemón! Te encuentras con las baldosas pododáctiles, las que colocan para que los invidentes sepan que llegan a un paso de cebra, y yo... ¡Y YO CON TACONES! En uno de los cruces sentí a gente que decía por lo bajini "uuuuuyyyyy" y es que, más que andar, mi misión era no morir en el intento.
  Paseas y hay qué ver la de cuestas que hay y yo sin haberme fijado. Cuesta arriba, vamos que vamos. Cuesta abajo... te entran ganas de ir como los cangrejos... ¡qué vértigo pasé!
 Y luego llega el tiempo. El tiempo que ya llevas con ellos puestos, los kilómetros recorridos y los obstáculos salvados... Piensas que por qué no has pensado salir cómo sales todos los días.

  Vamos, que terminas agradeciendo haberte llevado ese bolso tan grande en el que te has acordado de meter unas estupendas sandalias comodísimas. Y, en un descuido, en ese maravilloso pub, decides dar el cambiazo.

  Entre tanto ruido, música y tal me pareció oír a mis estupendos, y ya doloridos, pies dándome las gracias.


  Queridos zapatos: os adoro, me sentáis genial y me hacéis sentir de maravilla pero tengo la sensación de que los constructores de las aceras tienen acciones millonarias en tobilleras. Así que... os quiero muchito pero para un ratito.

Pisando fuerte.

El refranero español.



  Se me vienen a la cabeza unos cuantos refranes...
  - Lo que siembres recogerás.
  - El tiempo pone a cada uno en su sitio.
  - Donde las dan las toman.
  - El que se ríe del mal del vecino el suyo le viene por el camino.
  - A cada cerdo le llega su San Martín.
  - ...Y así, sin parar...

  Porque cuando una se encuentra con el agua al cuello y empiezas a mover una mano para intentar agarrarte y, es en ese momento, cuando observas cómo lo que tienes a tu alrededor se deshace, es arena, polvo, espaldas...
Crees que no sales de ésta, que no hay nada más qué puedas hacer, que todas tus luchas han sido en vano...

  Hasta que empiezan a dar sus frutos.
  A dar sus frutos a quien se lo ha trabajado, a quien lo ha peleado, a quien lo ha luchado, a quien ha pasado noches y noches sin dormir buscando una respuesta, a quien ha intentado mediar para que nadie saliese perjudicado...
  Del mismo modo por otra parte, a quien ha dado la espalda, a quien sólo ha mirado por sus propios intereses, a quien no ha querido escuchar, a quien ha puesto zancadillas y tirado puñales por la espalda también le llega su hora de recogida de la siembra... aunque inversamente proporcional.

  Que "todo llega en esta vida" es algo que oímos continuamente, que parece que nunca va a llegar, pero sí, de repente, un día llega. Sólo es necesario actitud, siembra y esperar los resultados.

  Nadie te va a dar la razón ahora.
  Nadie te va a decir que ojalá te hubiese hecho caso.
  Nadie te va a valorar todo lo que has hecho por todos.
  Eso no, la gente es demasiado orgullosa para reconocerlo, para pedir perdón, para bajar de su flamante pedestal. Aunque en lo más profundo sientan que así es.

  ¿Y ahora qué hacemos?
  Eso es lo que te vienen ahora a preguntar a ti.
  ¿Ahora qué hacemos?  Yo sé lo que tengo que hacer, mis noches en blanco me dieron varias opciones para diferentes ocasiones...
 ¿Qué puedes hacer tú? Tú, que en lugar de buscar soluciones beneficiosas para todos te has dedicado a planificar pasando por encima de los demás. Tú, que has decidido tirar por tierra una amistad. Tú, que se te ayudó cuando llegaste sin saber por donde andabas y después preferiste tirarlo todo a la basura. Tú, que has preferido caminar solo pisando los cadáveres que dejabas por el camino. Tú... ahora me lo preguntas tú...

  Ahora te vas a ver como me he visto yo.
  Ahora te arrepentirás de lo que has hecho.
  Ahora es demasiado tarde para que yo esté a tu lado.
  Ahora no...
  
  Ahora llegan los momentos de lamentaciones, ahora...

  Pues ahora te aplicas todos lo refranes y te dejo alguno más:
  Que mientras que tú pasabas el tiempo conspirando contra mí aprendí que "a grandes males, grandes remedios".
  Aprendí que "de desagradecidos está el infierno lleno".
  Aprendí que "más vale estar sólo que mal acompañado".
  Aprendí que "más vale tarde que nunca".
  Y sobre todo aprendí que "todo se paga en esta vida" y a algunos les llega el momento de la recaudación.

  
  Retomo el camino, siempre con la cabeza bien alta, buscando el sendero apropiado.

viernes, 20 de junio de 2014

Aprendiendo cada día, cada día aprendiendo...



  La vida es para vivirla.
  Para vivirla en toda su extensión.

  Habrán momentos buenos y buenísimos, momentos malos malísimos que duelen al recordar aún con el paso de los años y, en general, hay experiencias de todo tipo.

  Se supone que venimos al mundo a relacionarnos con los demás, que tenemos que compartir momentos y situaciones con gente que no conocemos de nada.

  Algunos ilusos, entre los que me incluyo, piensan que lo ideal sería que, ya que estamos en esa tarea, sumar entre todos. Es decir, aportar ideas, ayudarnos mutuamente, compartir, etc... discutir pero siempre para un bien común.

  Otros, entre los que me encuentro rodeada (la gran mayoría), piensan que lo que hay que hacer es sumar, pero sumar para ellos mismos, a sabiendas de que resta a los demás.

  Y yo me pregunto ¿no sería más fácil y mejor para todos la primera opción?
  Porque si tenemos que estar juntos, por los motivos que sean, ¿no será mejor?
  Porque si se trata de aprender ¿no será mejor que cada uno aporte su granito para que entre todos tengamos mayores conocimientos?
  Porque si todos estamos en el mismo barco ¿no será mejor que todos rememos en la misma dirección?
  ¿O quizá soy yo quien está equivocada?...

  Me encuentro entre gente, por llamarlo de alguna manera, que sólo vienen para pedir favores, para pedir información, para pedir ayuda... ¿dónde se va a...? ¿sabes arreglar esto...? ¿cómo puedo solucionar...? ¿cuándo es...? ¿puedes hacer esto...? ¿puedes venir aqui...? ¿me dejas...? 
  Pero luego, cuando los necesitas... "cantan los grillos"... No hace falta que les pidas el favor, es que ya no están.
  Cuando quieres hacer algo entre todos... "siguen cantando los grillos"... Ni siquiera son capaces de decirte que no, directamente se piran y hacen las cosas por su cuenta.

  Experiencias del día a día que no me hacen más pequeña, al contrario, lo que me hacen es más grande. Os empequeñecéis vosotros solos. Os quedaréis solos... como ratas que sois. Hoy estaréis en compañía, sí, hasta que os conozcan vuestros nuevos compañeros de camino.

  No sé si realmente seré yo la que está equivocada, pero lo que tengo muy claro es que mi conciencia está bien tranquila, que no debo absolutamente nada a nadie y que mi cabeza va bien alta.

  Aprendiendo cada día, cada día aprendiendo...

  Sigo creyendo en un mundo mejor, aunque para eso cueste pelear día tras día.

martes, 10 de junio de 2014

¡Basta ya!



¡¡¡Basta ya!!!

  La paciencia tiene un fin. 
¡Se acabó! 
¡Hasta aquí hemos llegado!


  ¿Pero qué está pasando?
¿Qué estamos viviendo?
¿Qué estamos haciendo?


  No sé si es por costumbre ahora, la verdad es que como yo nunca sigo las modas, puede ser que así sea y yo no me he enterado...

  Estamos en la era del "más fuerte" pero no sólo eso, estamos en la era de que al que es bueno le apaleamos y, lo que es peor, todo el mundo observando y consintiendo, "no vaya a ser que me toque a mi".

  Pues ¡¡¡basta ya!!! ¡Yo no consiento ni paso ni una más!

Ahora, que tengo que hablar por mi y nadie más, porque está visto y comprobado que está muy bien que se partan la cara con quien sea por uno pero luego yo no me quiero ensuciar las manos ¿verdad?
 ¡Pues aprendiendo se va viviendo!

Que una de buena parece que es hasta tonta, parece, hasta que le tocan la moral, le tocan a quien quiere y terminan con su paciencia.
Entonces hablamos de otro cantar. Entonces vamos a ver quien sale ganando...

Porque hay una cosa que está muy clara y si no lo está lo aclaro ahora mismo: 
Quien me conoce sabe que puede contar conmigo, que en lo que yo pueda ayudar ahí estaré, pero también sabe que conmigo no se juega.

Y ahí es donde yo quiero llegar...

-No quiero gente negativa en mi vida.
Esas personas que no es que no sumen, si no que restan.
-No quiero embusteros en mi vida.
Esas personas que por aquí una cara y por allí otra.
Creo que ahí ya están etiquetados todos, cotillas y demás...
¡cuanto más lejos mejor!

Este blog es para comentar lo que me rodea, para comentar mis pensamientos y para imprimir mis sentimientos. 
Yo soy así, y puedo llevar con orgullo mi cabeza bien alta.
El resto... está en la conciencia de cada uno.


Vive y deja vivir.