Espartana y Guerrera

Espartana y Guerrera

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miércoles, 19 de febrero de 2014

No estoy en casa.


  Dicen que en esta vida se aprende a base de golpes aunque hay veces en que hay que volver a tropezar con la misma piedra una y otra, y otra, y otra vez para que nos demos cuenta de las cosas y, sobre todo, para que nos demos cuenta de qué clase de personas estamos rodeados.

  A lo mejor el problema soy yo. Suelo ir con buenas intenciones y pienso que todo el mundo es igual y no...

  Creo que no es tan difícil el ayudarnos unos a otros sin ninguna finalidad, sólo el mero hecho de hacerlo. A mí me llena de satisfacción el saber que hago las cosas bien hechas. Pero claro, no todos somos iguales.

  Me gusta aprender. Me gusta adquirir nuevos conocimientos. Si hay algo que no sepa manejar rápido me pongo a investigar para saber dominarlo. Y también me gusta compartirlos, ¿por qué no? Si yo conozco algo que alguien no conoce ¿por qué no compartir esa información? 

  No me gusta dármelas de lista, porque sé perfectamente que aún me queda mucho por aprender. Esa no es ni mi intención, ni mi objetivo. Simplemente que si puedo ayudar a quien sea a que obtenga mejores conocimientos me agrada hacerlo. Es más, es que si no lo hago mi conciencia me reconcome.

  Ahora llegamos a la parte contraria. Cuando alguien sabe algo que yo no sé...

  No sé si se piensan que yo soy imbécil, me da la sensación de que es eso.

  Tener noticias sobre algo de lo que yo no estoy informada pero que sí formo parte de ese algo y no compartirlo conmigo.
Que sea yo parte implicada y que sea la última en enterarme.

  Duele.
  Duele y mucho.

  Todo lo que depende de mí lo puedo mejorar, lo sé o, al menos, lo intento siempre. Pero cuando no depende de mí... toca agudizar el ingenio y de qué manera.

  También me hace reflexionar sobre todo lo que me rodea. Casualidades de la vida que cuando la que tiene la información soy yo, me encuentro rodeada de toda esa gente para compartirla con ellos y cuando es al revés la compañía brilla por su ausencia.

  Conclusión.
  Debo seguir como siempre lo he hecho, que me ha ido siempre fenomenal, sola.
  Nadie me ha enseñado nada, nadie me ha regalado nada, nadie me ha hecho ningún favor, me las he visto y me las he deseado yo sola y he salido adelante con un par. No le debo absolutamente nada a nadie. O quizá sí, agradecerles que al haber estado sola ante todo me haya hecho tan fuerte y valiente. Y bien orgullosa que me siento de ello.

  A partir de hoy, mis conocimientos serán míos, que para eso me los he buscado yo, y el que quiera saber que se compre un libro.

  ¿Tengo que sacar la Espartana que llevo dentro? Pues muy bien, la sacaré. Cuando queráis venir a pedir ayuda ahorraros el llamar a mi puerta. No estoy en casa.

  P.D.: Quien ríe el último ríe mejor y, si es una Espartana con sonrisa puesta la que ríe soy yo.

4 comentarios:

  1. da la sensación de que algo ha pasado por ahí...
    La mejor manera de vivir es ser como somos, sin importarnos otras opiniones, y eso es lo que haces.
    bravo, espartana!!!

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  2. Espe eres una persona maravillosa tal como eres,disfruta de tus cosas y defiendelas como buena espartana que eres y alos que te jodan mandalos donde pico el pollo.

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  3. Espe sabemos por experiencia q la vida es en definitiva una merienda de ... Llámalo X, y tu has aprendido bien la lección, pero lo mejor de todo es q has conseguido ser feliz. Discruta lo q tienes y q no llamen a tu casa di q si, y a la mía tampoco q no estamos. Muchos besos mrojrub. Sigue contando la historia de la vida misma lo haces genial.

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  4. Oleee oleeeeee y oleeeeeeee!! Espartana y la sonrisa bien puesta!! Con un par!!

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