Hay muchas personas que opinan que la peor parte de su cuerpo son sus pies. Yo no estoy entre ellas, ¡a mí me encantan mis pies! Tienen su forma de pie, con sus cinco dedos en cada uno, su puente, su empeine, su talón, vamos, lo que es un pie.
Llega el verano y a mí me encanta, porque además de que me gusta el calor, puedo lucir mis pies.
Y llegamos a los zapatos...
Claro, no hay zapato que quede mejor que un buen tacón. Estiliza la pierna, te da unos centímetros de más, cosa que a mí me viene de maravilla, y te permiten enseñar tu pie en buenas condiciones... ¿o no?
Porque la salida de casa con ellos puestos es... ¡espectacular!
Sales por la puerta radiante, sonriente, más alta... ¡yujuuuu! ¡es una maravilla! Piensas que así saldrás todos los días.
Luego te metes en el coche y, bueno, no encuentras a la primera la postura pero no pasa nada, al final te haces con ella. Piensas definitivamente que así saldrás todos los días.
Llegas al lugar indicado, aparcas y toca andar... oh, oh... No hay problema, en lugar de caminar tan rápido como estás acostumbrada decides que es mejor caminar de paseíto y así, de paso, vas luciendo taconazos. Aún sigues pensando en salir así todos los días.
Entonces es cuando te das cuenta: las aceras y calles no son aptas para tacones, al menos para unos taconazos altos y de aguja...
Descubres calzadas romanas que no sabías ni que estaban allí, cuando no se vá el tacón hacia un lado, se va el pie hacia el otro.
Descubres que las rejillas de ventilación del metro no son tan fantásticas para ti como para Marilyn, a ella le hacían super sexy, para ti son trampas mortales que, o te dejas el tacón allí y luego vuelves a buscarle, o te ves estampada de bruces contra el suelo.
Tienes que cruzar una calle y... ¡problema, problemón! Te encuentras con las baldosas pododáctiles, las que colocan para que los invidentes sepan que llegan a un paso de cebra, y yo... ¡Y YO CON TACONES! En uno de los cruces sentí a gente que decía por lo bajini "uuuuuyyyyy" y es que, más que andar, mi misión era no morir en el intento.
Paseas y hay qué ver la de cuestas que hay y yo sin haberme fijado. Cuesta arriba, vamos que vamos. Cuesta abajo... te entran ganas de ir como los cangrejos... ¡qué vértigo pasé!
Y luego llega el tiempo. El tiempo que ya llevas con ellos puestos, los kilómetros recorridos y los obstáculos salvados... Piensas que por qué no has pensado salir cómo sales todos los días.
Vamos, que terminas agradeciendo haberte llevado ese bolso tan grande en el que te has acordado de meter unas estupendas sandalias comodísimas. Y, en un descuido, en ese maravilloso pub, decides dar el cambiazo.
Entre tanto ruido, música y tal me pareció oír a mis estupendos, y ya doloridos, pies dándome las gracias.
Queridos zapatos: os adoro, me sentáis genial y me hacéis sentir de maravilla pero tengo la sensación de que los constructores de las aceras tienen acciones millonarias en tobilleras. Así que... os quiero muchito pero para un ratito.
Pisando fuerte.
Jajjajajajajjajajaja q bueno..y que decir de nuestras amigas las ampollas..
ResponderEliminarQ me parto q bueno
Muakkkkkkklll
Jajajsjs...#Doyfé de todo eso!!!!! Que bueno!!!!!! Besosssss
ResponderEliminarSon tan fuertes tus miradas
ResponderEliminarElegantes y estudiadas
Yo soy solo un adolescence
Pero entrare en tu mente...
Pisando Fuerte
Pisando Fuerte. ..