Espartana y Guerrera

Espartana y Guerrera

Translate

viernes, 14 de noviembre de 2014

Algo extraño está pasando.



  Llevo unos días con unas sensaciones extrañísimas. No sé qué es lo que pasa, pero algo no va bien...

  El sillón está como si alguien hubiese estado sentado hace un rato, pero nadie de la casa a utilizado el sillón.

  En el baño hay humedad como si alguien hubiese salido de la ducha ahora mismo, pero estoy sola en casa.
  
  Voy a la cocina y me encuentro platos y vasos en el fregadero, estoy absolutamente segura de que anoche dejé todo limpio y recogido, hmm...
  
  Voy a preparme un café y, estoy casi segura, ya dudo, que me quedaba más café del que tengo. En fin, lo apuntaré en la lista de la compra.

  Abro el frigorífico y me falta el zumo. Por ahí sí que no hay dudas, anoche mismo metí un brick para que estuviese fresquito. Esto ya se está poniendo serio.

  La cama que estaba recién hecha aparece revuelta y no hay nadie, sólo estoy yo.

  Esto ya pasa de castaño oscuro. Aquí pasa algo y tengo que averiguar qué.

  Empiezo a cerrar todas las puertas y ventanas.
  A mirar debajo de las camas.
  A mirar dentro de los armarios.
  A buscar en la bañera... nada, tampoco.
  No hay explicación lógica. Aquí no hay nada.

  Pasan los días y seguimos más o menos igual, cuando no pasa una cosa, falta otra. Yo sigo intentando encontrar una explicación razonable porque todo tiene una explicación pero de momento no la he encontrado.

  Siguen pasando los días. Todo sigue igual, faltan cosas, se cambian de sitio solas, están desordenadas... pero no pienso rendirme, esto lo soluciono yo aunque me lleve tiempo, pero lo solucionaré.

  Me encuentro con una vecina y al verme mala cara me pregunta si me encuentro bien, así que decido contárselo. Necesito desahogarme un poco, quizá esté paranoica, ya ni lo sé, pero no puedo más.

  Le voy contando y ella parece que no se sorprende. Yo creo que piensa que estoy loca, seguro que llama a alguien y esta misma tarde me internan en un manicomio.
  Sigo contando la situación y ella asiente con toda naturalidad. Sí, creo que mis sospechas serán ciertas... al manicomio de cabeza que voy.
  Termino de contarle y empieza a hablar con una sonrisa de amabilidad...
  -¿Te acuerdas de cuando tuvimos que reformar el edificio? Me dice.
  -Sí, claro que me acuerdo, ¿por qué? Le contesto yo.
  -¿Recuerdas que le dejamos las llaves al que entonces era presidente? ¿Al del quinto? ¿El que tiene el BMW?
  -Sí, me acuerdo. Pero yo te estoy hablando...
  -No eres tú la única a la que le pasan "esas" cosas. Yo me dí cuenta hace poco. Déjame que te cuente. El caso es que cuando le dejamos las llaves Manolo hizo copias, entonces las cosas le iban bien y todo funcionaba con normalidad, las mantenía guardadas por si pasaba algo, pero la situación cambió. Le redujeron sus ingresos y necesita más dinero para seguir con su tren de vida. Como no quiere que nadie sepa de su estado decidió utilizarlas. Entra en las casas y va tomando lo que va necesitando, un café, un zumo, una ducha...
  - Y ¿por qué no lo pide? Quiero decir, si a mi me lo dice no me importaría que viniese a desayunar, o darle un paquete de café...
  -Ya te lo he dicho antes, porque no quiere que nadie se entere de su situación.
  -Vale, pero ¿él conoce la mía? Quizá yo lo necesite más que él pero no entro en las casas de nadie a tomar nada, si puedo lo tengo, si no puedo pues me aguanto.
  -Qué me vas a contar a mi... con los últimos céntimos que me quedaban compré un litro de leche y otro de zumo para que desayunasen los niños y cuando nos levantamos por la mañana no estaban. Se comieron cuatro galletas que nos quedaban...
  -¿Y no le habéis dicho nada?
  -Qué le vamos a decir. Sabemos quién es ¿recuerdas, el del BMW? Quién nos va a creer... Lo único que hacemos es que le dejamos lo que creemos que puede necesitar pero, eso sí, echamos el pestillo de las habitaciones por precaución... ya sabes... estamos dormidos... y... no sé... me da cosa... mejor prevenir.
  -Pues yo no consiento eso, lo siento. ¿Todo eso por seguir con su "tren de vida"? ¿Todo eso sin preguntar? ¿Sin pedir permiso? No, por ahí no... Cada uno tiene que ser consciente de lo que puede o no hacer y hasta dónde puede o no puede, pero lo que no se puede consentir es que siga en "su tren" a costa de los demás. 
Ahora mismo me voy a comprar una cerradura ¿te vienes?
  -Sí, creo que lo mejor será ir contigo a comprar otra.

  Así es como me siento...

...tras haberme enterado de que mi compañía de internet entró en mi router y me activó un servicio sin mi permiso, el 2º cablemodem.
  Parece ser que mi router tiene dos cablemodem, uno para mi red wifi y el otro para compartir con el resto del mundo.
  Según ellos no afecta a mi velocidad, pero sí que afecta y mucho.
  Llevaba tiempo preocupada porque el ordenador no funcionaba bien, en el móvil las redes sociales iban fatal y la nueva tablet... ¿cómo no iba a funcionar bien si no tiene nada?
  Mirando por aquí, por allí hasta que... ¡Zas! ¡Lo encontré! 
  Gracias a comentárselo a una amiga y, casualidad, a ella también le había pasado. El problema estaba en el router, y en esa pequeñita luz, que pensé que estaba medio fundida, no... es porque el router está medio desbloqueado y todo el que pase cerca de mi casa que sea de la misma compañía no es que sólo se pueda conectar, es que se le conecta su móvil directamente.
  Todo esto siempre y cuando yo mantenga mi propio router encendido, claro, porque si le apago la "red wifi solidaria" desaparece.

  Resumiendo:
- Me han entrado en mi wifi.
- Me han activado un servicio sin informarme y sin mi consentimiento.
- Me baja, y mucho, la velocidad.
- Permito, sin saberlo, que gente que no conozco de nada se conecte a mi router el cual yo mantengo eléctrica y monetariamente.

  ¿Y qué recibo yo a cambio?
- Un dinero menos al mes.
- Mala conectividad.
- Conexiones interrumpidas.
- Pérdidas de tiempo.
- Dejar la puerta entreabierta para que alguien pueda entrar en mi red.

  ¿Qué hace la compañía de internet por mí, que soy la que paga mensualmente?
- NADA.
  Ni una explicación, ni una solución, ni una rectificación, ni, tan si quiera, darme de baja de dicho servicio, al cual accedí a darme de baja gracias a un enlace que encontré en la red a través de mi móvil, que afortunadamente, no es de la misma compañía, porque en la cuenta de cliente de dicha compañía no aparece que yo sea una "routera solidaria" en cambio, sí que aparece para que me dé de alta para poderme conectar en los wifis privados a través de mi móvil.

  Siento que han violado mi privacidad.
  Han entrado en mi casa sin mi permiso y han tocado mi router (aunque no haya sido físicamente).
  Me siento engañada.
  Me siento estafada.

  La compañía es ONO. 
  La red solidaria se llama _AUTO_ONOWIFI.
  Si buscáis redes wifi y os aparece esa, recordad que hay alguien detrás manteniendo ese router.

  Así amplian coberturas en redes móviles y siguen en su tren de vida...

¡PAGAS TÚ!

viernes, 17 de octubre de 2014

La fábula del avestruz, la zorra, el cerdo y la garrapata.



  Érase una vez en un país de animales variados donde los corderos eran gobernados por un avestruz, una zorra y un cerdo, entre otros.

  El avestruz sólo sabía hacer cosas de avestruces. Picar la comida, quitártela a ti, correr y, llegado el caso, meter la cabeza bajo tierra para hacerse la desaparecida. Nadie se explicaba cómo pudieron elegir al avestruz para esa tarea, pero así fue y ahí estaba.

  La zorra era, contrariamente a lo que son las zorras, un poquito torpe. Por eso fue que el avestruz decidió darle un puesto en cuestiones de máximo nivel de seguridad de los corderos. Era su sitio ideal ya que lo que se tenía previsto para ese sistema era dejarlo en manos de las ratas y ya, que los corderos se las apañaran con ellas.

  El cerdo era el que mejor se lo montaba. Llevaba las mismas tareas que la zorra pero en vez de la seguridad de todos los corderos, sólo a los del poblado central. Así era menor su tarea y podía estar bien comido, bien bebido y vivir como lo que era, un cerdo, un cerdo bien gordo.

  Llegó un buen día en el que dos corderos que habían atravesado un gran charco para ayudar a los corderos de otro territorio cayeron enfermos, muy enfermos. Tenían algo muy malo y querían venir al territorio donde nacieron para terminar sus días, ya que lo que tenían era realmente malo. 
Todos lo conocían, todos sabían lo que era, pero realmente nadie sabía cómo acabar con ello, era la mortal garrapata. La garrapata nadie sabía por dónde entraba, lo único que sabían era que una vez que entraba era muy difícil encontrarla y hacerla salir.

  El avestruz llamó a la zorra y al cerdo para ver qué podían hacer al respecto. Hablaron durante cinco minutos, tiempo muy superior al habitual, y decidieron que lo mejor era traer a los corderos a su lugar de origen ya que les proporcionaría beneficios en pasteles monacales, que eran los favoritos del avestruz y sus secuaces.

  Todos los expertos en garrapatas pusieron el grito en el cielo. 
-¡Podría pasar de un cordero a otro! 
-¡No deben traerles! 
-¡Se debe intentar buscar a la garrapata allí dónde las encontraron! 
Pero para el avestruz era más importante pensar en sus deliciosos pasteles y no hicieron caso a nadie. 
Desoyendo todas las explicaciones, todos los motivos, todas las razones, explicaron a los corderos que no pasaba nada, que le meterían en un saco de arpillera y así la garrapata nunca podría salir a buscar ningún cordero.

  Cuando los trajeron por fin, decidieron llevarlos al poblado central. Era el sitio ideal antes de que decidieran ir dándoselo a las ratas poco a poco. Ahora no. Pero no quedaba otra opción, ahí estarían en todo el centro y... no fuera que los pasteles llegasen con retraso.

  Los corderos que se dedicaban sobre el terreno a la seguridad del poblado central tuvieron que hacerse cargo de los corderos que llegaron con la terrorífica garrapata. Se dedicaban a la seguridad, sí, pero nunca les habían explicado cómo tenían que hacer sus funciones ante semejante bicho. 
Nada, una pequeña charla con cuatro corderos de rango superior en seguridad y el boca a boca harían que se enterasen todos. "No pasa nada si sigue en el saco de arpillera y vosotros, a su vez, lleváis otro puesto" les decían. 
No tenían otra alternativa, sólo confiar en sus máximos responsables.

  Los corderos que tenían la garrapata no pudieron con ella. Nadie pudo encontrarlas. Terminaron sus días en las dependencias de seguridad.
Aunque aún quedaba una duda... ¿los corderos que los cuidaron estarían a salvo? ¿Habrían sido suficientemente eficaces los sacos de arpillera?
Para eso había una única indicación: vigilar el color de las pupilas y si variaba, avisar.

  Fueron pasando los días sin novedades hasta que un cordero empezó a sentirse mal.
  Avisó de lo que le pasaba y le dijeron que no fuese un cordero hipocondríaco, que la garrapata no era, si fuese así tendría que encontrarse mucho peor.
  Al siguiente día, estaba aún peor, sus pupilas habían cambiado ligeramente. Volvió a avisar y le contestaron lo mismo, que no pensara que fuera la garrapata, que sería un resfriado corderil sin más importancia.
  Al día siguiente estaba peor todavía. Sus pupilas eran muy diferentes a las que tenía ahora. Volvió a avisar tal y como le indicaron que hiciese y ya, por cansino, le dijeron que llamara a un vehículo de seguridad que le llevaría a las dependencias de seguridad más cercanas.
  El cordero, a pesar de su malestar, no se cansaba de decir y avisar a todos los que se le acercaban que podría ser la garrapata, aunque nadie le tomase muy en serio. Hasta que, finalmente, le hicieron las pruebas pertinentes y cuando llegaron los resultados fueron positivos... tenía la garrapata.

  ¿Cómo ha podido suceder? ¿Cómo es posible? 
¿Quién lo va a saber si ni los expertos en garrapatas lo saben a ciencia cierta? Menos mal que los pasteles son deliciosos...

  El país de animales variados se encontraba en estado de alarma. Tuvieron que reunirse el avestruz, la zorra y el cerdo para llegar a un acuerdo sobre lo que iban a contar a los corderos y, como animales que son, para eludir responsabilidades, ya que todo apuntaba a que no habían tomado buenas decisiones ni tenían las medidas apropiadas.
Tras cinco minutos de charla, estaba todo decidido:
-El avestruz haría lo propio, esconder la cabeza.
-La zorra haría lo suyo, decir que da explicaciones y luego, muy astuta, no decir absolutamente nada.
-El cerdo tenía su función, echar mierda, mucha mierda... al cordero.
Mientras, comerían los magníficos pasteles.

  Descubrieron que el cordero tenía un perro pastor que cuidaba de su casa. Según los expertos en garrapatas los perros pastores no eran afectados por éstas, pero el avestruz, la zorra y el cerdo tomaron otra decisión, esta vez, en menos de cinco minutos, matar al perro pastor.
¿Por qué? Les preguntaba el mundo entero, ¿por qué? No dieron respuesta alguna, simplemente lo hicieron. Y siguieron comiendo pasteles.

  Pasaron algunos días y la situación fue la siguiente:

  El cordero que tenía la garrapata luchaba contra ella y, de momento, iba ganando.
  El avestruz salió disparado hacia un lugar muy, muy lejano.
  La zorra se quedó en un plano de la cuarta dimensión para que nadie la pudiese encontrar.
  El cerdo sigue comiendo y bebiendo muy bien.

  Moraleja: 
  No hay garrapata peor que tener a un avestruz, una zorra y un cerdo adictos a los pasteles cuidando de todo el rebaño.

Fábula.
  Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

lunes, 29 de septiembre de 2014

¿Eso qué es?



  Me aburro.

  Y yo pues... ¡no me lo puedo creer!
  ¿Aburrirse? ¿Qué es eso?

  No entiendo, no está en mi vocabulario, ni en mi día a día, ¡ni en mi más lejano pensamiento!

  Debe ser una cuestión de, no sé, llamémosle actitud, quizá imaginación, puede que sea superación... adivina, no soy experta precisamente en este ámbito... lo que sí soy experta y además con honores es en la falta de tiempo para tantas cosas que quiero hacer.

  Porque siempre hay algo que hacer, ¡siempre! Pero es que yo, no contenta con ello, siempre me propongo retos nuevos, cambios, cosas por descubrir... y a mi lo que me faltan son horas al día.

  Dibujar. Oh, dibujar... pendiente lo tengo... Quiero, pero se queda en último lugar, "a ver si mañana tuviese tiempo", "a ver si mañana tuviese un rato", "a ver si..." Y duele, duele querer y no encontrar el momento, pero se queda pendiente porque también hay buscar prioridades, por supuesto.

  Escribir. Oh, escribir... y lo que me gusta a mí... Y mi blog, aquí, esperándome durante todo el verano y principio de otoño... Pero las prioridades son las prioridades y no se pueden dejar... Y aquí, subiendo el listón. Ya que estamos, que me gusta, que me divierte, que me transporta... ¿y si escribo un libro? ¡Venga! Será complicado, que sí, que lo sé y ni si quiera se me ocurre ponerlo en duda... He aquí otro reto, para cuando tenga tiempo...

  Cocinar. Bueno, cocinar no es que me entusiasme, pero es una necesidad alimentarse y, ya que hay que hacerlo, hagámoslo bien. ¡Vamos a probar recetas nuevas! Estupendo, pero requiere su tiempo con lo cual, tiempo que me quito de hacer otras cosas que me rondan en mi cabeza. Aquí sí que hay prioridad... faltaría más.

  Y así podría hacer una larguísima lista. 
El resultado es que un día tiene veinticuatro horas, no más. Que por mucho que me acueste tarde y me levante temprano no son más horas diarias, siguen siendo veinticuatro. Que mi tiempo se escapa en prioridades y en planear retos, cuando me quiero dar cuenta ¡zas! se escapó otro día.

  Así que, decidme, ¿qué es aburrirse?

lunes, 30 de junio de 2014

Queridos zapatos.



  Hay muchas personas que opinan que la peor parte de su cuerpo son sus pies. Yo no estoy entre ellas, ¡a mí me encantan mis pies! Tienen su forma de pie, con sus cinco dedos en cada uno, su puente, su empeine, su talón, vamos, lo que es un pie.
  Llega el verano y a mí me encanta, porque además de que me gusta el calor, puedo lucir mis pies.

  Y llegamos a los zapatos...
  Claro, no hay zapato que quede mejor que un buen tacón. Estiliza la pierna, te da unos centímetros de más, cosa que a mí me viene de maravilla, y te permiten enseñar tu pie en buenas condiciones... ¿o no?

  Porque la salida de casa con ellos puestos es... ¡espectacular!
Sales por la puerta radiante, sonriente, más alta... ¡yujuuuu! ¡es una maravilla! Piensas que así saldrás todos los días.

  Luego te metes en el coche y, bueno, no encuentras a la primera la postura pero no pasa nada, al final te haces con ella. Piensas definitivamente que así saldrás todos los días.

  Llegas al lugar indicado, aparcas y toca andar... oh, oh... No hay problema, en lugar de caminar tan rápido como estás acostumbrada decides que es mejor caminar de paseíto y así, de paso, vas luciendo taconazos. Aún sigues pensando en salir así todos los días.

  Entonces es cuando te das cuenta: las aceras y calles no son aptas para tacones, al menos para unos taconazos altos y de aguja...

  Descubres calzadas romanas que no sabías ni que estaban allí, cuando no se vá el tacón hacia un lado, se va el pie hacia el otro.
  Descubres que las rejillas de ventilación del metro no son tan fantásticas para ti como para Marilyn, a ella le hacían super sexy, para ti son trampas mortales que, o te dejas el tacón allí y luego vuelves a buscarle, o te ves estampada de bruces contra el suelo.
  Tienes que cruzar una calle y... ¡problema, problemón! Te encuentras con las baldosas pododáctiles, las que colocan para que los invidentes sepan que llegan a un paso de cebra, y yo... ¡Y YO CON TACONES! En uno de los cruces sentí a gente que decía por lo bajini "uuuuuyyyyy" y es que, más que andar, mi misión era no morir en el intento.
  Paseas y hay qué ver la de cuestas que hay y yo sin haberme fijado. Cuesta arriba, vamos que vamos. Cuesta abajo... te entran ganas de ir como los cangrejos... ¡qué vértigo pasé!
 Y luego llega el tiempo. El tiempo que ya llevas con ellos puestos, los kilómetros recorridos y los obstáculos salvados... Piensas que por qué no has pensado salir cómo sales todos los días.

  Vamos, que terminas agradeciendo haberte llevado ese bolso tan grande en el que te has acordado de meter unas estupendas sandalias comodísimas. Y, en un descuido, en ese maravilloso pub, decides dar el cambiazo.

  Entre tanto ruido, música y tal me pareció oír a mis estupendos, y ya doloridos, pies dándome las gracias.


  Queridos zapatos: os adoro, me sentáis genial y me hacéis sentir de maravilla pero tengo la sensación de que los constructores de las aceras tienen acciones millonarias en tobilleras. Así que... os quiero muchito pero para un ratito.

Pisando fuerte.

El refranero español.



  Se me vienen a la cabeza unos cuantos refranes...
  - Lo que siembres recogerás.
  - El tiempo pone a cada uno en su sitio.
  - Donde las dan las toman.
  - El que se ríe del mal del vecino el suyo le viene por el camino.
  - A cada cerdo le llega su San Martín.
  - ...Y así, sin parar...

  Porque cuando una se encuentra con el agua al cuello y empiezas a mover una mano para intentar agarrarte y, es en ese momento, cuando observas cómo lo que tienes a tu alrededor se deshace, es arena, polvo, espaldas...
Crees que no sales de ésta, que no hay nada más qué puedas hacer, que todas tus luchas han sido en vano...

  Hasta que empiezan a dar sus frutos.
  A dar sus frutos a quien se lo ha trabajado, a quien lo ha peleado, a quien lo ha luchado, a quien ha pasado noches y noches sin dormir buscando una respuesta, a quien ha intentado mediar para que nadie saliese perjudicado...
  Del mismo modo por otra parte, a quien ha dado la espalda, a quien sólo ha mirado por sus propios intereses, a quien no ha querido escuchar, a quien ha puesto zancadillas y tirado puñales por la espalda también le llega su hora de recogida de la siembra... aunque inversamente proporcional.

  Que "todo llega en esta vida" es algo que oímos continuamente, que parece que nunca va a llegar, pero sí, de repente, un día llega. Sólo es necesario actitud, siembra y esperar los resultados.

  Nadie te va a dar la razón ahora.
  Nadie te va a decir que ojalá te hubiese hecho caso.
  Nadie te va a valorar todo lo que has hecho por todos.
  Eso no, la gente es demasiado orgullosa para reconocerlo, para pedir perdón, para bajar de su flamante pedestal. Aunque en lo más profundo sientan que así es.

  ¿Y ahora qué hacemos?
  Eso es lo que te vienen ahora a preguntar a ti.
  ¿Ahora qué hacemos?  Yo sé lo que tengo que hacer, mis noches en blanco me dieron varias opciones para diferentes ocasiones...
 ¿Qué puedes hacer tú? Tú, que en lugar de buscar soluciones beneficiosas para todos te has dedicado a planificar pasando por encima de los demás. Tú, que has decidido tirar por tierra una amistad. Tú, que se te ayudó cuando llegaste sin saber por donde andabas y después preferiste tirarlo todo a la basura. Tú, que has preferido caminar solo pisando los cadáveres que dejabas por el camino. Tú... ahora me lo preguntas tú...

  Ahora te vas a ver como me he visto yo.
  Ahora te arrepentirás de lo que has hecho.
  Ahora es demasiado tarde para que yo esté a tu lado.
  Ahora no...
  
  Ahora llegan los momentos de lamentaciones, ahora...

  Pues ahora te aplicas todos lo refranes y te dejo alguno más:
  Que mientras que tú pasabas el tiempo conspirando contra mí aprendí que "a grandes males, grandes remedios".
  Aprendí que "de desagradecidos está el infierno lleno".
  Aprendí que "más vale estar sólo que mal acompañado".
  Aprendí que "más vale tarde que nunca".
  Y sobre todo aprendí que "todo se paga en esta vida" y a algunos les llega el momento de la recaudación.

  
  Retomo el camino, siempre con la cabeza bien alta, buscando el sendero apropiado.

viernes, 20 de junio de 2014

Aprendiendo cada día, cada día aprendiendo...



  La vida es para vivirla.
  Para vivirla en toda su extensión.

  Habrán momentos buenos y buenísimos, momentos malos malísimos que duelen al recordar aún con el paso de los años y, en general, hay experiencias de todo tipo.

  Se supone que venimos al mundo a relacionarnos con los demás, que tenemos que compartir momentos y situaciones con gente que no conocemos de nada.

  Algunos ilusos, entre los que me incluyo, piensan que lo ideal sería que, ya que estamos en esa tarea, sumar entre todos. Es decir, aportar ideas, ayudarnos mutuamente, compartir, etc... discutir pero siempre para un bien común.

  Otros, entre los que me encuentro rodeada (la gran mayoría), piensan que lo que hay que hacer es sumar, pero sumar para ellos mismos, a sabiendas de que resta a los demás.

  Y yo me pregunto ¿no sería más fácil y mejor para todos la primera opción?
  Porque si tenemos que estar juntos, por los motivos que sean, ¿no será mejor?
  Porque si se trata de aprender ¿no será mejor que cada uno aporte su granito para que entre todos tengamos mayores conocimientos?
  Porque si todos estamos en el mismo barco ¿no será mejor que todos rememos en la misma dirección?
  ¿O quizá soy yo quien está equivocada?...

  Me encuentro entre gente, por llamarlo de alguna manera, que sólo vienen para pedir favores, para pedir información, para pedir ayuda... ¿dónde se va a...? ¿sabes arreglar esto...? ¿cómo puedo solucionar...? ¿cuándo es...? ¿puedes hacer esto...? ¿puedes venir aqui...? ¿me dejas...? 
  Pero luego, cuando los necesitas... "cantan los grillos"... No hace falta que les pidas el favor, es que ya no están.
  Cuando quieres hacer algo entre todos... "siguen cantando los grillos"... Ni siquiera son capaces de decirte que no, directamente se piran y hacen las cosas por su cuenta.

  Experiencias del día a día que no me hacen más pequeña, al contrario, lo que me hacen es más grande. Os empequeñecéis vosotros solos. Os quedaréis solos... como ratas que sois. Hoy estaréis en compañía, sí, hasta que os conozcan vuestros nuevos compañeros de camino.

  No sé si realmente seré yo la que está equivocada, pero lo que tengo muy claro es que mi conciencia está bien tranquila, que no debo absolutamente nada a nadie y que mi cabeza va bien alta.

  Aprendiendo cada día, cada día aprendiendo...

  Sigo creyendo en un mundo mejor, aunque para eso cueste pelear día tras día.

martes, 10 de junio de 2014

¡Basta ya!



¡¡¡Basta ya!!!

  La paciencia tiene un fin. 
¡Se acabó! 
¡Hasta aquí hemos llegado!


  ¿Pero qué está pasando?
¿Qué estamos viviendo?
¿Qué estamos haciendo?


  No sé si es por costumbre ahora, la verdad es que como yo nunca sigo las modas, puede ser que así sea y yo no me he enterado...

  Estamos en la era del "más fuerte" pero no sólo eso, estamos en la era de que al que es bueno le apaleamos y, lo que es peor, todo el mundo observando y consintiendo, "no vaya a ser que me toque a mi".

  Pues ¡¡¡basta ya!!! ¡Yo no consiento ni paso ni una más!

Ahora, que tengo que hablar por mi y nadie más, porque está visto y comprobado que está muy bien que se partan la cara con quien sea por uno pero luego yo no me quiero ensuciar las manos ¿verdad?
 ¡Pues aprendiendo se va viviendo!

Que una de buena parece que es hasta tonta, parece, hasta que le tocan la moral, le tocan a quien quiere y terminan con su paciencia.
Entonces hablamos de otro cantar. Entonces vamos a ver quien sale ganando...

Porque hay una cosa que está muy clara y si no lo está lo aclaro ahora mismo: 
Quien me conoce sabe que puede contar conmigo, que en lo que yo pueda ayudar ahí estaré, pero también sabe que conmigo no se juega.

Y ahí es donde yo quiero llegar...

-No quiero gente negativa en mi vida.
Esas personas que no es que no sumen, si no que restan.
-No quiero embusteros en mi vida.
Esas personas que por aquí una cara y por allí otra.
Creo que ahí ya están etiquetados todos, cotillas y demás...
¡cuanto más lejos mejor!

Este blog es para comentar lo que me rodea, para comentar mis pensamientos y para imprimir mis sentimientos. 
Yo soy así, y puedo llevar con orgullo mi cabeza bien alta.
El resto... está en la conciencia de cada uno.


Vive y deja vivir.

lunes, 26 de mayo de 2014

Respeto



  ¡Qué manía tenemos con complicarlo todo!
  Si lo pensamos un poquito las cosas no son tan difíciles, sólo las complicamos nosotros mismos.

  Llegamos a una situación nueva, desconocida para nosotros y en lugar de tirar por el camino más corto y disfrutar del viaje nos ponemos a subir entre los riscos escarpados.

  Momentos de llevar con alegría... pues no, nos enfrentamos y peleamos con el primero que se nos cruza simplemente porque no piensa igual que nosotros.

  Vienen de buenas maneras y buenos modales y los tratamos como basura por la sencilla razón de que tengo un mal día.

  ¿Tan difícil parece intentar ser feliz?
  ¿Tan duro puede ser facilitar la existencia?

  A ver, con esto no quiero decir que se tenga que agachar la cabeza y decir a todo que sí, para nada. Lo que quiero decir es que seamos nosotros mismos respetando a los demás. Quizá es lo que falta en estos días... respeto.

  También sé a ciencia cierta que fácil, lo que se dice fácil, no es pero también puedo decir que es menos complicado.

  Valoremos qué nos compensa más, qué es lo que nos hace más felices. Cada uno somos un mundo, eso es así y nadie debe cambiar por nadie. Podemos tener muchas cosas en común pero no somos iguales ni podemos, ni debemos ser como los demás quieren que seamos.

  Hagamos este corto viaje de la mejor manera posible.

  Simplemente... respeto.

miércoles, 23 de abril de 2014

Buscando mejorar.



  Se suele decir que cuando crees que no puedes más siempre se puede un poco más, aunque no lo creas.
Pues bien, yo hoy lo he puesto en práctica.

  Si tengo demasiadas cosas por hacer, poco tiempo libre, pero muchas ganas creo que podré, creo jeje.

  Las tareas son importantes, el trabajo, las obligaciones... pero ¿por qué no voy a hacer algo por mi? Algo que me haga sentirme orgullosa de mí misma, algo que sea para mí, por mí y sólo para mí... 

  Hoy ha sido el primer día de una experiencia dejada de lado por la falta de tiempo, el running. Pensé que iba a pasarlo peor, que el tiempo transcurrido me iba a pasar factura, pero no ha sido así. Me he encontrado estupendamente, con fuerzas, con ánimo.

  La verdad es que, todo hay que decirlo, abandonar viejos vicios parece que también ha contribuido a que me encontrase mejor de lo que creía recordar. Una ayudita más para que tenga más fuerza para seguir adelante en los dos retos.

  Un paso más, un reto más pero, sinceramente, qué aburrida sería la vida si no nos proponemos nada. Yo me niego al "sota, caballo y rey".

  Deberé de sacar más horas a cada día, aprovechar más cada momento y repetirme mentalmente que yo puedo. 

  Espero que mi rodilla aguante tanto como pretendo aguantar yo.

Buscando mejorar.


miércoles, 16 de abril de 2014

Una de mis batallas.



  En la descripción de mi blog, escribí que "comento lo que me rodea", pues bien, hoy es un buen día para comentar algo que me rodea...

  Hoy quiero hablar sobre los Hijos de puta.

  Los hijos de puta es esa especie común, cada vez en mayor cantidad y semi-invisible que nos rodea en la actualidad.

  Se trata de unos personajillos con aspecto de personas que se acercan a ti para conseguir algo en concreto. Les ayudas, porque tu naturaleza así te lo dicta, les das apoyo, les brindas conocimiento, les dedicas tu tiempo y les prestas tu atención. 
  Ellos a cambio, te hacen zancadillas, planean a tus espaldas e intentan hundirte sin más, simplemente por su naturaleza de hijo de puta.

  Nadie está libre de encontrarse con un hijo de puta, nadie. Como ya he dicho anteriormente son semi-invisibles, es decir, su aspecto no demuestra que lo sean pero el tiempo les quita su capa de invisibilidad y deja relucir un auténtico hijo de puta sin parangón.

  Suelen presentarse de varias maneras:
  -Como "personas" que tienen problemas, que no saben cómo afrontarlos y que necesitan ayuda inmediata.
  -Como "personas" que simplemente aparecen simulando una amistad contigo.
  -Como "personas" que están a tu alrededor en tu día a día.
  -Como "personas"...

  En el primero de los casos les ayudas por empatía, porque te gustaría que si tú estuvieses en su misma situación alguien te echase una mano.
  En el segundo por simpatía, todo el mundo tiene derecho a un voto de confianza.
  En el tercero... el más jodido, siempre has pensado que lo fuese pero nunca lo llegaste a creer...
  En el cuarto, cosas de la vida, siempre supiste que existían y vienen a demostrártelo.

  En el momento que se les cae esa capa de invisibilidad ya no hay vuelta atrás. Ahí están, lo son, no van a cambiar. No pienses ni por un momento que algo les va a hacer comportarse contigo de otra manera. Los hijos de puta lo son por naturaleza. Es lo que hay y es lo que son. No pidas a un león que te dé un achuchón, no es su naturaleza. Pues lo mismo pasa con éstos, no pretendas creer que contigo van a ser diferentes que con el resto.

  He aquí dónde viene bien, pero que muy bien, tu ingenio y tu capacidad de guerrero y de lucha para combatir y destruir a esta lacra. No es fácil, pero es posible. Y yo, prometo no descansar hasta que acabe con esta panda que ha tocado lo que no debía... ¡LO MÍO!

  Si esta especie se dedicase a urdir planes para mejorar, simplemente para mejorar ellos, el mundo funcionaría muchísimo mejor. Pero claro, tiene que haber de todo en esta vida y de vez en cuando nos toca encontrarnos a alguno por el camino.

  Por si no ha quedado claro qué es un hijo de puta os dejo la definición de Frikipedia, no lo puede definir mejor:
  "Dícese del maldito cabrón de mierda, que basa su existencia en joder a los demás sin motivo aparente y sin que éstos hayan hecho nada para merecer las guarradas de este individuo."

Espartana en batalla.
PD. No habrá paz para los malvados.



viernes, 11 de abril de 2014

Qué bien sienta reir.



  Sinceramente, probado de distintas formas, para mí es más divertido, simpático y llevadero si me río.

  Sí, me río, me río de todas las tonterías.
  Me río de tantas complicaciones que se busca la gente.
  Me río de esos problemas que nos parecen un mundo y que, en realidad, son minucias.
  Me río cuando la gente se entromete y no precisamente para ayudar.

  Vamos que si me río... ¡pero a carcajadas altas, claras y contagiosas!

  Porque me he dado cuenta de una cosa, la gente tiene ganas, bueno mejor dicho, muchas ganas de discutir, ¡muchas! y yo me pregunto ¿para qué? ¿Mejoran así sus vidas? ¿Se les solucionan así sus problemas? 

  Pero con lo que no cuentan es con que les devuelvas una sonrisa, unas risas, unas carcajadas tan altas, tan altas que todo el mundo se vuelva, con sonrisa puesta, a mirar por qué te ríes... Ahí se quedan literalmente en cuadro.

  Además de que lo que tú sientes es infinitamente mejor, donde va a parar...

  Tengo hasta agujetas en el estómago de las risas que me he echado.

  Así que, el que tenga ganas de discutir que se dé cabezazos contra la pared porque conmigo lo lleváis clarito jejeje.

  Intentemos ser felices.


Cambios, retos y metas.



  Comienza una nueva semana y yo, como no puedo con la rutina, creo que ni siquiera sé lo que es eso, me he propuesto cambios.

  Cambios, retos y metas.

  Sé que me va a costar, eso ya lo sé.
  Sé que no va a ser nada, pero que nada fácil, también lo sé.
  Pero lo que también sé es que nadie podrá decir que no lo intenté.

  El tiempo es un factor importante a la hora de estos retos y es un elemento que precisamente no me sobra, al revés, necesito más de 24 horas diarias para que me cunda un día en condiciones, así que me toca hacer malabares para poder cuadrarlo.

  La constancia será fundamental. Ay la constancia... Yo, como buena géminis que soy, no es mi fuerte. Me va a costar un poco más por este motivo, es lo que tiene nacer en Mayo...

  Las metas serán mi objetivo. Serán mi mayor motivación a la hora de la verdad. No compito contra nadie, ni para demostrarle nada a nadie excepto a mí misma.

  Necesito hacer algo por y para mí. Esto me va a resultar muy complicado. El gen egoísta no entró en mi adn, pero tendré que añadirle.

  Siento que ha llegado el momento de ponerme a prueba. Que no será la primera vez, pero será una primera vez.

  Me repito como un mantra que yo puedo, yo puedo, yo puedo... ¡y claro que voy a poder! ¡Hasta donde el cuerpo aguante! jejeje


  Reseteando cuerpo y mente.


lunes, 24 de marzo de 2014

El resbalón.



Cuando aparece el resbalón,
qué gran desatino,
pasar de la posición vertical,
a decúbito supino.

Retumba hasta el cielo,
la gente mira,
palomas alzan el vuelo
y tú suspiras...

¡Calambrazo me ha subido
desde el coxis hasta el cerebelo!
¿dónde yo he caído,
en el tendido eléctrico o en el suelo?

Calla, calla y disimula
que ya se acerca gente,
pongo sonrisa de chula
y empiezo a enseñar dientes.

-¿Te has hecho daño? - Preguntan.
-No, que va, para nada. - Mientes.
-¿Te ayudo a levantar? - Te dicen.
-Vale, genial. - Asientes.

Y en ese segundo interminable,
en el que te levantas estoicamente,
descubres con gesto inmutable
que nunca volverás a andar como siempre.

Me he descuajaringao de arriba a abajo.
Poner un pie en tierra es un triunfo,
poner el otro es más trabajo.
¿Cómo voy a hacer para andar con disimulo?

Arqueo rodillas, cadera y espalda
como un bebé en equilibrios,
sacudo mi ropa manchada,
enderezo el cuello, ¡qué martirio!

Rayos de dolor
recorren todo mi trasero,
empiezan en el talón
y terminan en el pelo.

Empiezo a notar
las risitas alrededor
y no es de extrañar
con este pedazo de resbalón.

Le echo valor y me piro.
Necesito un lugar tranquilo
para tomarme un respiro.
Un banco es mi gran asilo.

Ganas de llorar no me faltan,
¡qué vergüenza! ¡qué dolor!
Y empiezo a reír con ganas
cuando siento mi rubor.

No seré la primera ni la última,
eso está claro, lo sé,
y aunque se daña la estima
hay que tener arte para caer.

Cae el vecino por una loma,
cae el Papa con su casaca,
cae el Rey, y se esloma,
que caiga yo no es ni de traca.

Que resbalar es de mortales,
y salir indemne imposible.
Que no hay hueso que después no duela,
ni culo que no se lastime.


sábado, 22 de marzo de 2014

Falta de riego.



  Cuando tienes plantas lo notas. Se ponen mustias, tristes, hasta parece que están cabreadas unas con otras. No tienen pulgón, ni lombrices, ni están heladas, no, es la falta de riego.

  Pues con las personas es exactamente igual. 

  También se nota. Es inconfundible. No es que estén enfermos, que tengan problemas, no, es la falta de riego. Y es que cuando el riego falla... 

 Es la "Ley de uso y desuso" de Lamarck. Si algo no lo usas termina por atrofiarse, o lo que viene a ser lo mismo, si algo no lo riegas pues ya sabes.

  Todo comienza entrando en una espiral de egoísmo extremo donde lo único que importa soy yo, luego yo y después yo. A partir de ahí el riego se ralentiza.

  Claro, lo mío importa, pero no es que me importe a mi, como debería ser normal, si no que le tiene que importar a todo el que me rodea porque, si no es así, todos los demás están equivocados, son mala gente. El riego empieza a hacer deterioros.

  Va relacionado con un desinterés sobre los demás. Que yo te pregunte qué tal, no quiere decir que espero que me cuentes tu vida, se hace por educación o por costumbre quizá, pero ni siquiera te estoy escuchando. Lo del riego... se va agravando.

  Además de mantener conversaciones absurdas en las que no sabes si reír o llorar, del estilo de "¿Me puedes decir la hora? No, pero en mi casa tengo un caballo." El riego... y el regadío.

  Es entonces cuando el riego se va haciendo más y más evidente. No cabe  lugar a dudas.

  Llegados a este punto tenemos dos opciones:
  -Intentar poner al día el riego.
  -Desistir y deshechar.

  Depende de tu grado de implicación que pretendas, te permitan o te apetezca. Porque por mucho que uno quiera arreglar el riego, cuando está deteriorado de verdad, eso no hay quién lo arregle.

  Como siempre digo, se puede sacar algo bueno de todo, también de esto... Siempre está bien aprender para no caer en los mismos errores.

  Así que, ya sabéis, mantened el riego y cuidad que no haya fugas.


Es un consejo de la Asociación Nacional de Regadores y Regaderas.

jueves, 20 de marzo de 2014

SUPERHOPE



  ¡Acabo de darme cuenta!
  ¿Pero cómo no he sido capaz de darme cuenta antes?
  ¡Ay... no me lo puedo creer cómo he podido estar tan ciega!
  ¡¡¡Que sí!!!
  ¡¡¡Que es verdad!!!

  ¡¡¡SOY UNA SUPERHEROÍNA!!!

Vamos a las explicaciones y lo entenderéis:

En ocasiones me hago invisible.

Esta es una cualidad de magos o superhéroes y, yo sé de malabares pero de magia no mucho, la verdad.
Un ejemplo facilito... Estar tres personas, en una conversación en la que las tres estamos implicadas, girarse una a la otra y hablar con ella como si no existiese nadie más. 
¡Claro, porque me volví invisible!

Otro ejemplo facilito... Una conversación, es mi turno para hablar, y, en mitad  de mi conversación, de repente... ¡ZAS! Se me corta sin importar una mierda lo que estaba contando para cambiar radicalmente de tema.
¡Otra vez me volví invisible!

¿Que no es suficiente? Bueno, otro ejemplo más... Cuentas a varias personas una anécdota que te pasó en el hospital... ¿alguien ha preguntado qué hacías en el hospital, por qué estabas allí?
Pues no, porque... ¡ya era invisible de nuevo!

¿Y esta que viene? Esta ya no deja lugar a dudas...
Tres personas juntas, tienen que ir a un lugar determinado, se les aconseja ir en grupos, se vuelve una a la otra y le dice ¿quedamos y vamos tú y yo juntas? Sobra decir que a mí no fué porque... ¡era invisible! Jajajaja, ¡no me digáis que no!

Como estos ejemplos tengo muchos más, pero claro, es que en lo que no había caído era en mi superpoder, pensaba que sería por otra cosa, pero no, no hay ningún problema, todo superhéroe tiene que aprender a convivir con sus superpoderes jeje.

Huelga decir que cuando me hago invisible también me hago muda, o sea, que por mucho que diga o grite nadie podrá escucharme. Tengo que recordarlo continuamente porque se me olvida y llego a exasperarme. Es lo que tiene tener poderes...


En ocasiones me convierto en fundamental.

Un ejemplo, así, sin pensar mucho... Alguien necesita algo, no lo encuentra, recurre a mi y listo.
¡Fundamental!

Otro ejemplo... Alguien tiene un problema, hace mucho que no habla conmigo, recurre a mi y... problema solucionado.
¡Fundamental!

¿Otro ejemplo? Bien... Alguien tiene que ir a un sitio, no sabe cómo llegar, y, aunque he sido invisible en ocasiones, se acuerdan de mi, recurren a mi y sin gps... Y yo que pensaba que era por mi nombre... ya sabéis, "la Esperanza es lo último que se pierde"
¡Fundamental!

Y éste, éste ya es el definitivo de todos... Ahora que dispongo de coche si hay que ir a algún sitio, a alguna parte, a cualquier lugar... ¡TARÁN! ¡SuperEspe al rescate!
¡Fundamental!

Para fiestas, celebraciones y divertimentos varios no, es que los superhéroes tenemos una vida muy agitada y no podemos exhibirnos mucho en público, que ya sabéis cómo acabó la casa de Tony Stark por pregonarlo... Creo que ahí vuelvo a entrar en "fase invisible".

Hoy, pensando, creo que he llegado a la verdad del asunto...
No es que haya ningún problema, no es que las personas se muevan por su propio interés, no, la verdad sólo es una y es...
¡QUE SOY UNA SUPERHEROÍNA!

Ya le dijo el tío Ben a Spiderman "un gran poder conlleva una gran responsabilidad" y esa es una gran frase para tener en cuenta...

Ahora me falta sólo un pequeño detalle... 
¿Qué nombre voy a utilizar?
¿SUPERHOPE?


Desde mi base secreta invisible.

lunes, 17 de marzo de 2014

Leyendo, leyendo...



  Leyendo, leyendo, todo se va sabiendo.

  Crees que conoces a alguien.
  Crees que sus palabras son sinceras.
  ¿Lo crees?
  Da un paso atrás, tan lejos como puedas estar en un segundo plano y tan cerca como para poder escuchar la conversación. Y verás cómo "la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida".

  Dicen que las mentiras tienen las patas muy cortas... ¡y tan cortas!
  Que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo... ¡y claro que así es!

  Cuando recibes halagos y te das la vuelta y... ¡ZAS! ¡Estacazo al canto!
  Que no te diga nada, no quiere decir que no me entere. Simplemente significa que me importa una mierda tu opinión y tu charlatanería barata. Que no soy yo la única que se ha dado cuenta. Quizá alguien te lo diga, quizá no, pero lo que sí está claro es que las cosas se ven... se oyen... se leen... Que por mucho que quieras ocultarlo o quieras evitar reconocerlo, cada uno está en sitio y ese sitio se lo curra uno mismo. Por muchos altares que te creas que tienes, no engañas a nadie.

  Allá cada cual con la manera de enfocar su historia, sus amistades, su vida pero, eso sí, luego no sirven los lamentos.

  Desde la distancia tan cercana como para escucharlo todo.

¡Cerebritos!



  Hay gente con muy poca imaginación. Quizá quede mejor decir que ninguna, imaginación nula.

  Se aburren, debe ser que no tienen problemas, que no tienen una vida de la que ocuparse... por eso necesitan de la vida de los demás para tener algo de vidilla.

  Creo que cuando se levantan piensan ¿en qué vida me meto hoy? Y debe ser difícil decidirse, o a lo mejor lo hacen con el primero que se cruza en su camino.

  Llegado a ese punto lo mismo te inventan una vida de cine que te hackean tu red social. Les da igual, son insustanciales por sí solos y la imbecilidad les lleva a extremos realmente patéticos.

  Si le diesen un poco al coco... Si intentasen mejorar sus aburridas vidas... Si se dedicasen simplemente a intentar mejorar... Todo funcionaría muchísimo mejor, ¡dónde va a parar! Pero no sólo para ellos, no, ¡para toda la humanidad!

  No es tan difícil. Se trata de poner en marcha el cerebro para que esté al servicio de uno mismo. Mandarle la orden de "voy a hacer algo por y para mi".

  ¡Venga!
  ¡A poner en marcha ese cerebrito y a mejorar!

martes, 4 de marzo de 2014

A mis Espartanas.



  Personas maravillosas unidas por el Dios Ian.

  Recordando momentos, ¡y qué momentos! 

  En la vida me hubiese imaginado yo que pudiese encontrar a personas tan maravillosas en una red social. 
  Cuando entraba era para pasar el rato, leer, echarme unas risas y ya, no pretendía más pero tuve la suerte de encontrar lo mejor que había allí.

  Todo comenzó por un libro, que iba a ser una peli, que necesitaba personajes y ¿quién podría hacerlo mejor que Ian Somerhalder? 
  Buscando, leyendo, dí con ellas, el grupo de Las nenas de Ian Grey, y... ¡olé qué grupo!
  Momentos de charlas, de risas, de cubos y... ¡zafetas!
Equivocarte y en vez de escribir una almohadilla poner una arroba y descubrir que... ¡cubo existe! pero... ¡zafeta también y se llama Josele! jajaja Son huevos y no han escrito absolutamente nada pero ¡ahí están! Por cierto, acabo de enterarme que a zafeta sólo le seguimos dos...
-Manifiéstate... -les decíamos, pero nada, no había contacto ni manera de interactuar con ellos.

  La hora del café era nuestro momento... Venir de trabajar, ponerme un café y ¡hala! ¡a leer! Habían empezado sin mi y tenía que ponerme al orden, y entre que no se les ocurría nunca nada y mi supermierdamóvil era toda una aventura llegar a la conversación en tiempo real. Con esfuerzo, llegaba, con mucho esfuerzo y mucha paciencia por parte de ellas aguantando mis respuestas que no sabían ni de dónde venían jeje. Incluso algunos días hacían su aparición hasta los bomberos... ¡menudos incendios hemos provocado!

  Día a día nos fuimos conociendo un poquito más y nos convertimos en una piña. Nuestros gustos eran muy parecidos en cuanto a lectura, series, personajes... incluso en nuestra manera de luchar cada día en la vida real. Luchadoras todas. ¡Luchadoras como Espartanas!

  Una de las frases célebres de Esparta es "Los Espartanos no preguntan cuántos son los enemigos, sino dónde están" y así hacíamos nosotras, ¿que había un problema? No preguntábamos qué pasaba, decíamos ¿a quién hay que matar? 

  Nos hemos encontrado de todo, no todo han sido risas. Hemos tenido hasta osos, pelirrojas y "salvados" que han intentado separarnos, pero lo único que consiguieron es que, no sólo estuviésemos unidas en la luz, si no también en el lado oscuro... ¡Lo que el Dios Ian ha unido no podrá separarlo nadie! Si por separado somos fuertes imagináos cómo somos juntas... ¡Auténticas Espartanas!

  Algunas han hecho un alto en el camino, sus batallas personales les llevan mucho tiempo.
  Otras hemos tenido la gran suerte de podernos conocer, que he de decir que son guapísimas y unas mujeres maravillosas.

  Aún tenemos pendiente una quedada... ¡TODAS JUNTAS! ¡¡Eso será una gran fiesta!! Sheeeee... jajajaja.


 Con todo mi cariño para mis Espartanas.
¡Os quiero nenas!

miércoles, 26 de febrero de 2014

El pozo



  Parece ser que quien más te quiere te tiene que dar ánimos, apoyar, ayudar y subir la moral pero resulta que termina siendo quien más te hunde.

  No todo se basa en que te halaguen constantemente y que te den la razón en todo, no; las críticas son buenas pero, las críticas que son constructivas, las que son para mejorar, las que te hacen ver un poco más allá; no las críticas destructivas que esas te llevan a un pozo en cuestión de segundos...

  Yo me pregunto ¿por qué lo harán?
  Quizá porque quieren tener siempre más, ser más, llamémosle ¿egoísmo enfermizo?
  Da igual lo que tú puedas llegar a hacer, las cualidades que tengas o lo que consigas, ellos siempre tienen que tener más, ser más, y no pueden o no saben, valorar a una persona en un momento en el que le está mostrando sus cualidades y progresos.

  Puedes pasar de una gran satisfacción y orgullo de lo que has hecho o conseguido que, gracias a ellos, te encuentras pensando que todo lo que te has esforzado no ha servido para nada.

  Todo esto hay que aprenderlo, asimilarlo, asumirlo y aceptarlo.
  Ahora, tú nunca les pagues con la misma moneda, ¡eso no! Porque si ellos hacen sus críticas, están haciendo lo correcto, sin pensar en cómo lo estás recibiendo, pero si las haces tú... -es que no tienes ni idea... es la respuesta mínima que te puedas esperar.

  Tal vez sea mejor preguntar por fuera de tu ámbito o, simplemente, sacar tus propias conclusiones, al fin y al cabo tú y solamente tú, sabes lo que te ha costado conseguirlo.

  El roce hace el cariño, sí, pero la confianza da asco.

  En contínuo aprendizaje.

miércoles, 19 de febrero de 2014

No estoy en casa.


  Dicen que en esta vida se aprende a base de golpes aunque hay veces en que hay que volver a tropezar con la misma piedra una y otra, y otra, y otra vez para que nos demos cuenta de las cosas y, sobre todo, para que nos demos cuenta de qué clase de personas estamos rodeados.

  A lo mejor el problema soy yo. Suelo ir con buenas intenciones y pienso que todo el mundo es igual y no...

  Creo que no es tan difícil el ayudarnos unos a otros sin ninguna finalidad, sólo el mero hecho de hacerlo. A mí me llena de satisfacción el saber que hago las cosas bien hechas. Pero claro, no todos somos iguales.

  Me gusta aprender. Me gusta adquirir nuevos conocimientos. Si hay algo que no sepa manejar rápido me pongo a investigar para saber dominarlo. Y también me gusta compartirlos, ¿por qué no? Si yo conozco algo que alguien no conoce ¿por qué no compartir esa información? 

  No me gusta dármelas de lista, porque sé perfectamente que aún me queda mucho por aprender. Esa no es ni mi intención, ni mi objetivo. Simplemente que si puedo ayudar a quien sea a que obtenga mejores conocimientos me agrada hacerlo. Es más, es que si no lo hago mi conciencia me reconcome.

  Ahora llegamos a la parte contraria. Cuando alguien sabe algo que yo no sé...

  No sé si se piensan que yo soy imbécil, me da la sensación de que es eso.

  Tener noticias sobre algo de lo que yo no estoy informada pero que sí formo parte de ese algo y no compartirlo conmigo.
Que sea yo parte implicada y que sea la última en enterarme.

  Duele.
  Duele y mucho.

  Todo lo que depende de mí lo puedo mejorar, lo sé o, al menos, lo intento siempre. Pero cuando no depende de mí... toca agudizar el ingenio y de qué manera.

  También me hace reflexionar sobre todo lo que me rodea. Casualidades de la vida que cuando la que tiene la información soy yo, me encuentro rodeada de toda esa gente para compartirla con ellos y cuando es al revés la compañía brilla por su ausencia.

  Conclusión.
  Debo seguir como siempre lo he hecho, que me ha ido siempre fenomenal, sola.
  Nadie me ha enseñado nada, nadie me ha regalado nada, nadie me ha hecho ningún favor, me las he visto y me las he deseado yo sola y he salido adelante con un par. No le debo absolutamente nada a nadie. O quizá sí, agradecerles que al haber estado sola ante todo me haya hecho tan fuerte y valiente. Y bien orgullosa que me siento de ello.

  A partir de hoy, mis conocimientos serán míos, que para eso me los he buscado yo, y el que quiera saber que se compre un libro.

  ¿Tengo que sacar la Espartana que llevo dentro? Pues muy bien, la sacaré. Cuando queráis venir a pedir ayuda ahorraros el llamar a mi puerta. No estoy en casa.

  P.D.: Quien ríe el último ríe mejor y, si es una Espartana con sonrisa puesta la que ríe soy yo.