No conozco sus motivos que le llevaron a mentirme. No conozco las razones que le impulsaron a mentirme. Ni lo sé, ni lo quiero saber. Para ser más precisa, le diré que a mí no me corresponde, si no que debería ser usted quién buscase la explicación, ya que fue usted quien prefirió que fue mejor mentir antes de contar la verdad.
En otra época seguramente me habría importado bastante, pero hoy estoy dando valor a lo que realmente importa y considero que usted a mí no me ha mentido, se ha mentido a usted mismo.
Usted, con su mentira, no sólo ha logrado salir del paso, ha implicado más. Ha conseguido que pierda la credibilidad en usted, la confianza e incluso el aprecio que por usted sentía.
Usted ha subestimado mi olfato e inteligencia. Quizá le haya parecido fácil, pero para mí ha cruzado la línea que no debería haber cruzado.
No discutiré con usted en absoluto, no merece la pena, ya que sólo serviría para que lanzase más mentiras y seguiría dañándose usted de nuevo.
Una mentira no rectificada sólo lleva a más mentiras.
Aún así, quiero que sepa que todavía puede usted contar con mi respeto. Porque usted se puede comportar como mejor le parezca, eso hará que yo cambie mi actitud hacia usted, pero no hará cambiar nunca mis valores.
Ahora, siga usted caminando por la senda que usted considere más apropiada, pero tenga en cuenta que mi confianza ya la perdió.
Más piedras en el camino,
más consigo crecer.
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